El estilo gerencial venezolano

Las características del escenario empresarial venezolano deja mucho que decir en el presente, consecuencia  de las acciones del actual Gobierno que  se ha tornado en una  difícil variable circundante  del entorno   y sus repercusiones han afectado la operatividad, funcionalidad de las empresas del país, incidiendo seriamente en su baja productividad, hasta el extremo que se ha incrementado alarmantemente la importación de productos básicos, dando  paso a una dependencia comercial considerable, especialmente con países  como China, Rusia.

Todo ello ha repercutido significativamente  en el estilo gerencial venezolano, que como es sabido,  es en alta medida centralizador, orientado al control, al manejo unilateral de la información que enfatiza la relación de dependencia y subordinación, un estilo donde la creencia weberiana de la necesidad de una organización jerarquizada, tiene un peso específico sustantivo, y donde las prácticas del facultamiento de la gente son inexistentes. Todo ello, pone un fuerte acento en la responsabilidad primaria de la gerencia, por lo que ocurre y por lo que no ocurre, en las organizaciones. Detrás de un estilo gerencial como éste,  se da  una gran desconfianza y un gran temor a facultar a otros, porque al hacerlo, las personas se hacen también más competitivas y ganan poder.

Para el gerente venezolano, perder poder es peor que perder credibilidad. Las dificultades para que el tema de la competitividad avance seriamente en Venezuela, están asociadas también a un estilo gerencial poco competitivo y no sólo a un gobierno incongruente en sus políticas económicas, y confuso en sus políticas públicas en general.

Ante esta realidad, se manifiesta una gran  preocupación por los futuros Licenciados en Administración que están formando las Escuelas de Administración, aunado además por el deterioro que han sufrido las universidades en su calidad, excelencia académica.

Hay muy poca integración de las Escuelas de Administración, en interpretar el rol actual que se requiere en el perfil del administrador que el país necesita. Muchos de los docentes, que avalaban  los conocimientos que se proporcionaban, ya no están, simplemente porque se han jubilados y algunos jóvenes que se habían integrados,   han decidido emigrar a otros países que les garantice un mejor porvenir  que el que ofrece Venezuela.

Lo cierto es, que  la ausencia de un estilo gerencial más orientado al uso del capital intelectual de las personas, para que activen e inviertan su competitividad individual, es también un tremendo obstáculo a la competitividad como tema importante a ser más estudiado, comprendido y practicado por la gerencia venezolana.

La gerencia venezolana tiene una clara y sólida tendencia a evitar el conflicto y a construirlo, como algo que, al manejarse asertivamente, hiere los sentimientos del otro, expone a la gerencia a un riesgo innecesario, por lo cual se tiende a ser tolerante y permisivo con el pobre desempeño y con el incumplimiento del trabajo oportuno y de calidad. El desbalance en el uso eficaz de la relación castigo/recompensa, es otra oportunidad de mejora de la gerencia venezolana que evidencia, sin duda, la tremenda brecha que existe entre lo que se dice y una conducta de compromiso sostenido con el cambio.

Es necesario dar paso a una nueva visión de la gerencia, a un comportamiento más efectivo, a dar paso a nuevos modelos de gestión, a considerar los pilares de una gerencia más estratégica, visionaria, planificadora , que de paso a  un nuevo diseño organizacional,  ser más competencia y  apropiada al nivel de desarrollo económico del presente.

Definitivamente, la  nueva mentalidad empresarial debe tener en cuenta lo siguiente:

1. Las decisiones empresariales deben ser racionales justas, objetivas y democráticas.

2. Las decisiones y los estilos gerenciales deben tener en cuenta el tamaño de la empresa, su momento histórico y el ciclo económico.

3. El plan estratégico debe ser consistente y coherente con el plan del municipio donde está ubicada la empresa.

4. La empresa debe integrar a su cultura organizacional, los siguientes valores constitucionales: la función social y ecológica de la propiedad privada y la responsabilidad social de la empresa.

5. La empresa debe estimular la creatividad e innovación en su recurso humano, vía patentes y modelos de utilidad.

6. El recurso humano debe ser integrado, teniendo en cuenta las necesidades de la persona buscando realizar la justicia social.

7. El estilo gerencial debe tener en cuenta nuestra realidad socio económico y política. Es decir, no debe aplicarse ciegamente los estilos gerenciales diseñados para otras realidades.

8. La alta gerencia y la gerencia deben manejar los aspectos legales, intrínsecamente ligados al procedimiento administrativo y a los diversos tipos de gerencia.

El nuevo diseño organizacional debe buscar sustituir la pirámide, en cuya parte alta y central están los ricos y en la base los pobres, ya que se tiene una escala salarial encaminada a la reproducción social.

Las nuevas organizaciones deben buscar cumplir la constitución política, es decir empresarios que se someten a la legalidad y a sus propósitos: la nueva organización está congestionada por los trabajadores a nivel de la alta gerencia y con participación en la propiedad de la misma por estos; la estrategia de la empresa es discutida y aprobada con los trabajadores. El plan estratégico es coherente con el plan de desarrollo municipal. La propiedad de la empresa tiene una función social.

Definitivamente, se requiere de un nuevo estilo gerencial de un gerente proactivo, capaz de afrontar los retos, innovador, creativo, emprendedor, visionario, con los modernos  tópicos empresariales, aspectos que las escuelas de Administración no deben descuidar.

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